martes, 2 de noviembre de 2010

Fuego

Era su primera vez y la impaciencia pesaba en ella más que el miedo. El viento levantó su falda y le susurró al oido palabras tranquilizadoras. Un gran suspiro surgió de su garganta y se dejó mecer por él.


Recordó todos las conversaciones con las chicas del pueblo, siempre dichas en voz baja, con risitas nerviosas y ojos asustados, pero con deseo dibujados en ellos.

Sus mejores amigas ya lo habían hecho, ella era la única que aún no lo había experimentado. No había conseguido que ninguna le contara su experiencia. Sólo sonreían con suficiencia y le decían, “Ya verás cuando lo hagas”.

Dio un respingo cuando notó una mano que tomaba la suya. La mujer sonrió y le acercó al fuego.

“Salta sobre la hoguera y toma tu escoba. Tus compañeras te esperan"